La orden religiosa de los Jesuitas: La compañia de Jesus



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La orden religiosa de los Jesuitas: La compañia de Jesus

J. Jesús Gómez Fregoso, s.j.

Los jesuitas escribimos las iniciales SJ después de nuestro nombre y que muchas personas leen como sacerdote jesuita, pero en realidad son la abreviatura de las palabras latinas Societatis Jesu, que significa: de la Compañía de Jesús, que es el nombre oficial de la orden religiosa conocida popularmente como orden de los jesuitas, palabra derivada del nombre Jesús.

Las órdenes religiosas anteriores derivan su nombre popular del de su fundador: los padres franciscanos, dominicos y agustinos, por ejemplo, habían sido fundados por San Francisco, Santo Domingo y San Agustín. Los jesuitas, fundados por san Ignacio de Loyola, casi desde el principio fueron conocidos con ese nombre porque se decían compañeros de Jesús, y el nombre oficial de Compañía de Jesús, contra lo que muchos han creído, no tenía implicación militar y para nada quería dar la idea de ejército, sino la de un grupo de compañeros.

Es cierto que Ignacio de Loyola durante algunas semanas estuvo como soldado, pero no se puede decir que haya sido militar: como hombre de su tiempo fue reclutado y armado de pronto para defender a su señor. En Pamplona, al norte de España, fue herido en una pierna, en 1521, el mismo año en que Martín Lutero se separaba de la Iglesia de Roma. Durante su convalecencia decidió cambiar de vida y hacerse sacerdote. Fue a estudiar a París y ahí, en 1534, comenzó a reunir a algunos de sus compañeros hablándoles de Dios y de su deseo de ponerse a las órdenes del romano pontífice. En 1542, el papa Paulo III aprobó los deseos de aquel grupo de antiguos universitarios de París que decidieron que su grupo se consolidara y se reconociera como una orden religiosa; es decir, una institución permanente que agrupara a hombres que desearan servir a la Iglesia católica con fines concretos y ligados por votos o promesas. Como todas las órdenes religiosas, harían votos de pobreza, castidad y obediencia. La pobreza consistía fundamentalmente en compartir entre ellos todas sus pertenencias, que serían solamente las necesarias para sus trabajos. El voto de castidad implicaba que permanecerían célibes toda la vida. La promesa de obediencia consistía en acatar las órdenes del superior legítimamente nombrado. Los jesuitas añadieron un cuarto voto: de obedecer al papa, quien los podía enviar a cualquier misión en cualquier lugar del mundo. La nueva orden religiosa se llamaría la Compañía de Jesús.

En los documentos de fundación se establecía que se ponían a las órdenes del romano pontífice para ayudar en la vida cristiana a los fieles de naciones católicas, para defender a la Iglesia católica en naciones con herejes y para propagar la fe cristiana en naciones paganas. Ésos serían los objetivos de su trabajo. Eran los años de las reformas de Martín Lutero, considerado hereje por los católicos. Eran también los tiempos de la colonización de América y de Asia por España y Portugal, naciones católicas. Fue una orden religiosa nacida en plenos años de la Reforma luterana, y por eso para muchos fue un importante recurso del papa en la Contrarreforma y en la predicación del evangelio en países de misiones. En Europa se dedicaron a las misiones rurales o populares, en tiempos en que en los países católicos, como Italia, España, Francia y Portugal, la gente se reunía a escuchar a los predicadores. Se dedicaron con entusiasmo a escribir catecismos y diversas obras muy variadas para defender a la Iglesia y refutar las ideas de los reformadores protestantes. Fue típica su tendencia a escribir libros de diversas materias, pero sobre todo de temas religiosos y a formar grandes bibliotecas en sus iglesias y en sus colegios; los jesuitas pronto comenzaron a fundar colegios, según el modelo de lo que habían aprendido en la Universidad de París; dichas fundaciones rápidamente florecieron no sólo en naciones católicas, sino en las que había gran influencia protestante, como en Alemania, Polonia, en las actuales Repúblicas Checa y Eslovaca y en toda la Europa central y occidental.

Los jesuitas diseñaron novedades pedagógicas, como reglamentar planes de estudio, organizar a los estudiantes por grupos fijos e imponer libros de texto para cada grupo o grado escolar. En Francia fue tal vez donde más florecieron los colegios de la Compañía, que se distinguían por formar alumnos diestros en el arte de pensar y de expresarse con propiedad y elegancia con la palabra hablada y la escrita. Uno de los más famosos alumnos fue René Descartes, quien ingresó al colegio internado de la Fleche, cuando era un niño de 10 años; el filósofo siempre recordó a sus maestros jesuitas que lo dejaban dormir hasta que terminaba de dormir.


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Posted on

February 16, 2015